martes, 11 de febrero de 2014

EL INFORME PISA Y EL MITO DE LA HABILIDAD INNATA

"Simplemente no estoy dotado para las matemáticas."
Lo escuchamos constantemente. Uno de cada cinco alumnos catalanes, según el Informe PISA presentado el 3 de diciembre de 2013, no llega al nivel mínimo de matemáticas para operar en el mundo de hoy. Y muy a menudo, el argumento esgrimido por los afectados, por sus padres, e incluso por algunos maestros, es la idea de que no están “dotados para las matemáticas”, que nuestra genética no nos permite dominar la materia. Esta idea de que hay personas no dotadas para las matemáticas es una de las más autodestructivas de hoy en día. La verdad es que todos estamos dotados para las matemáticas y, pensando el contrario, autolimitamos nuestra propia capacidad. Peor todavía, ayudamos a perpetuar el mito que perjudica a millones de niños y niñas en todo el mundo: el mito de la capacidad genética innata para las matemáticas.
¿La habilidad matemática no es genética? Hasta un cierto punto sí que lo es. Matemáticos como John Nash, sobre quien se hizo la película "Una mente maravillosa", son genios con una capacidad innata extraordinaria y pocos de nosotros podemos llegar a su nivel. Pero es que no hace falta. Para dominar las matemáticas necesarias en secundaria, es decir, las esenciales para operar en la economía moderna, el talento innato es mucho menos importante que el trabajo, la preparación y la confianza en un mismo.
¿Cómo sabemos esto? Hay estudios científicos en todo el mundo que lo demuestran. El matemático canadiense John Mighton concluye en su libro "El mito de la habilidad"“Todos somos capaces de aprender cualquier cosa”. Observa que el patrón de comportamiento de los alumnos es muy similar. Los alumnos llegan a una clase de matemáticas de primaria con diferentes niveles de preparación: algunos muy estimulados por sus padres o por buenos maestros y otros prácticamente sin ningún estímulo previo. En las primeras pruebas, los alumnos más preparados obtienen una puntuación muy buena, mientras que los alumnos menos preparados obtienen resultados inferiores. Los alumnos sin preparación asumen que la capacidad natural es la que determina la diferencia de rendimiento, sin darse cuenta de que los mejores resultados son consecuencia de una preparación previa. Así, deciden que simplemente no están "dotados para las matemáticas", y a partir de ahí dejan de esforzarse a medida que se complican los conceptos. Los alumnos muy preparados, en cambio, asumen que son "personas dotadas en matemáticas” y mantienen un esfuerzo alto y constante, consolidando su ventaja.
Por lo tanto, la creencia que la habilidad matemática es innata se convierte inevitablemente en una profecía autocumplida.
La psicóloga de la Universidad de Purdue, Patricia Linehan, escribe que los alumnos muestran dos percepciones de la habilidad y la inteligencia que determina su futuro: unos alumnos creen que la habilidad y la inteligencia son algo maleable, cualidad que aumentan con el esfuerzo; otros alumnos creen que la habilidad es una cualidad fija propia de cada persona, que no es maleable y que no aumenta con el esfuerzo. Estos últimos piensan que los malos resultados académicos son el resultado de diferencias en las habilidades naturales y que no hay nada a hacer para cambiarlo. Los primeros en cambio, creen que pueden cambiar cuán inteligente son, y aumentan así su nivel de esfuerzo.  Miquel de Paladella
Si quieres seguir leyendo... EL MITO DE LA HABILIDAD INNATA 

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